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Perros de Trabajo Estos
animales, ya se sabe, tienen muy bien desarrollados sus sentidos y una capacidad
extrema para estar disponibles, por eso mediante un adiestramiento adecuado, se
pueden convertir en una herramienta imprescindible en la vida del hombre. Por
ejemplo: para salvar vidas humanas, guiar a personas no videntes, zooterapia,
trabajos en aeropuertos para luchar contra el tráfico de drogas, etc. Los
perros de guardia y defensa, como su nombre lo indica sirven para vigilancia y
defensa de sus dueños. Existen para esta función determinadas razas que pueden
cumplirla, estando entre las adecuadas, el Dobermann : un animal que desconfía
de todo lo extraño y que de forma continua está pendiente de su dueño para
protegerlo de cualquier peligro. También sirven para la seguridad otras razas,
como el Bóxer, el Ovejero Alemán o el Rottweiler. Después
tenemos a los perros de rescate y salvación, utilizados para buscar una persona
perdida o rescatar víctimas de un desastre que se encuentran entre escombros,
bajo el agua o la nieve. Éstos son capaces de localizar y rescatar a una
persona desvanecida, diez metros bajo la nieve o el escombro. También deben
buscar personas que han fallecido; en estos casos, se usan los denominados
perros de cadáveres, que están entrenados para encontrar restos humanos
(muchas veces ayudan a resolver crímenes).
Estos
perros deben de ser muy mansos y obedientes, y destacar por su sentido del
olfato y su audición excepcional. Afirman los especialistas que usarlos en
situaciones extremas es de vital importancia, ya que en 20 minutos pueden hacer
el trabajo que un grupo de personas realiza en diez horas. El
adiestrador lo educará de forma estricta, pero lo tratará con sensibilidad; es
necesario que ambos consigan una relación de complicidad y coordinación. El
adiestramiento se basa en "motivación, juego y recompensa" . Todo
perro de búsqueda y rescate tiene que estar perfectamente socializado con la
gente y con otros animales. También tendrá que estar acostumbrado a
situaciones estresantes, como la presencia de mucha gente alrededor,
explosiones, gritos, etc.
El
perro de búsqueda y rescate tiene que ser lo suficientemente ágil y resistente
como para soportar las dificultades propias de los trabajos que realiza; por eso
se prefiere a las razas más grandes, aunque no tanto porque puede, por su tamaño,
dificultar aún más las tareas de rescate si es necesario hacerlo descender en
rapel o cuando hay que trasladarlo en helicópteros y botes pequeños. Sin
embargo, sí son precisos los de tamaño grande en caso de necesitar mucha
fuerza para sujetar o arrastrar a las personas, como ocurre con algunos perros
salvavidas. Aquí se utilizan razas grandes como el Terranova que tiene la
suficiente fuerza como para nadar mientras un humano se sujeta a su arnés. El
trabajo de estos animales puede llegar a ser tan duro que muchas veces terminan
con su labor (se jubilan) antes de tiempo por el enorme desgaste físico y los
daños ocasionados durante su trabajo. En
la actualidad, los perros de búsqueda y rescate se pueden clasificar, en
principio, en dos grupos: perros de rastreo y perros de venteo. Los primeros
siguen el rastro de una persona; siéndoles necesario un punto de partida y
alguna prenda no contaminada del individuo que van a buscar. Se utilizan para
encontrar personas perdidas y también para encontrar prófugos -aunque en este
último caso suelen ser perros policía-. En
ocasiones los perros de rastreo trabajan sujetos a una correa larga (de unos 10
metros) que se une a un arnés. Aunque cualquier perro saludable puede
entrenarse para desempeñar en rastreo, el Bloodhound es la raza preferida para
esta actividad. Los
perros policía son los que trabajan en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del
Estado, siendo su principal cualidad su olfato entrenado que ayuda a los
profesionales a realizar su cometido. Por lo general, éstos son perros que se
encuentran a gusto en cualquier lado, sin importarles el ambiente. Se
trata de animales muy motivados con el señuelo: si son utilizados para buscar
droga o explosivos, se los adiestra poniéndole droga o pólvora en el cebo.
Para este tipo de trabajo es válido cualquier perro que tenga buen instinto de
caza, que le guste seguir el señuelo y que sean buenos atletas, ya que se pasan
la vida entrenando.
Después están los
perro-guía, que resultan imprescindibles para las personas con ceguera, ya que
les brindan seguridad y autonomía para que se puedan desplazar solos. Estos
perros deben tener unas características físicas determinadas, por ejemplo, ser
medianos para que el manejo sea cómodo para el dueño. Esto además de su
sociabilidad y obediencia. Las razas que más se utilizan son el Labrador, el
Golden Retriever o el Pastor Alemán. Los
perros interactúan con el paciente de diversas maneras según el trastorno, y
en un solo encuentro pueden realizar un correcto diagnóstico, lograr el
aprendizaje y adaptación de estas personas con capacidades distintas, labor que
antes llevaba hasta dos meses. El
perro se adapta muy bien a los patrones de conducta de los diferentes pacientes
con los que trata, y puede reflejar con su conducta la del niño que juega o
interactúa con él: por ejemplo, si el niño no quiere jugar con él rechazándolo,
el perro se echa a su lado a observarlo, y si en cambio su respuesta es
positiva, éste puede pasar todo el rato jugando a su alrededor. Sin
embargo, también se utiliza la compañía de los perros como prevención para
individuos sanos, con estrés. En Japón hay empresas que llevan a estos
animales dentro de las oficinas, para así recibir tranquilidad, relajación y
gratificación; y tienen como resultado un menor nivel de estrés, logrando que
las personas trabajen más y mejor.
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